Reflexiones para la Cuaresma

"En la cruz, la Fuente de Mi Misericordia fue abierta de par en par por la lanza para todas las almas, no he excluido a ninguna" (Diario de Santa Faustina, 1182)

Mientras nos preparamos para la Resurrección del Señor, podemos examinar un poco la historia de la salvación, para llegar a vislumbrar algo de lo que Jesús ganó para nosotros al resucitar de entre los muertos. En todo el Antiguo Testamento vemos indicios que nos señalan la resurrección. Por ejemplo, el Génesis habla de que vendría Uno que le aplastaría la cabeza a la serpiente (Génesis 3, 15). Leemos también que las aguas del juicio limpian la tierra de pecado (Génesis 6, 7). En el Libro de Isaías leemos que hay un Siervo sufriente, que sería despreciado y rechazado, pero que con sufrimiento quitaría el pecado del mundo (Isaías 53, 12).

Repetidas veces, estos versículos presagian una nueva vida para nosotros, una vida libre de las artimañas de la serpiente, una vida que se remonta por encima de la corrupción y la violencia, una vida sin culpa ni vergüenza. ¡Y por la fe, sabemos que esta vida es nuestra ahora debido a la resurrección de Jesús de entre los muertos!

Durante los cuarenta días de la Cuaresma, consideramos la cruz y todo lo que Jesús llevó a cabo por medio de Su muerte. Luego vienen los días de celebración y realización durante la Pascua, un tiempo para reflexionar y participar en la nueva vida que Jesús nos ha dado gratuitamente.

Durante esta temporada de reflexión, estamos invitados a recordar los momentos más difíciles de Jesús aquí en la tierra: Sus enseñanzas, Su sufrimiento, Su Crucifixión y Su victoria sobre la muerte. A pesar de lo que Jesús sufrió, Él se entregó incondicionalmente por nuestra salvación como muestra de Su gran amor por nosotros. "Vivir con amor y esperanza en Cristo es una vida que tiene gran significado porque está basada en algo duradero."

¡Que esta temporada sagrada rinda frutos de misericordia en nuestras vidas y celebremos plenamente el Domingo de la Divina Misericordia!

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Cada 11 de febrero la Iglesia Católica celebra la fiesta de Nuestra Señora de Lourdes, advocación Mariana cuyo origen se remonta a las apariciones de la Madre de Dios a Santa Bernardita en 1858, en Francia. 

La celebración del Miércoles de Ceniza nos invita hoy a una profunda revisión de nuestra vida, de nuestras actitudes y criterios de comportamiento; a iniciar un serio proceso de conversión y de purificación. Cuaresma es un tiempo de gracia que Dios nos concede como un regalo.

Recordemos que "mediador" es alguien que se pone entre las partes para ayudar a unirlas. Por lo tanto, si Nuestra Señora Madre de Jesucristo-Dios y Madre de todos al pie de la cruz, intercede para unir a Su Hijo con todas las almas, entonces podemos llamarla con toda razón Mediadora.