III Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia

Por Chris Sparks y Marcela Murillo



El Tercer Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia (WACOM) se llevó a cabo el pasado 15 al 19 de agosto en Bogotá, Colombia, congregando a más de 1,500 apóstoles y amigos de la Divina Misericordia de todas partes del mundo.

Bogotá es tan hermosa como sólo una ciudad en una colina (o montaña) lo puede ser. La luz es diferente aquí donde las montanas esconden sus cabezas en las nubes, donde el cielo se siente aún más cerca casi como si se pudiera tocar. En las Escrituras vemos varios ejemplos de personas que subían a las montañas porque querían sentirse más cerca de Dios. Desde allí, todo se ve más iluminado, más radiante. ¡Es una sorpresa diaria!

El Congreso se realizó principalmente en el Colegio Agustiniano de Ciudad Salitre, donde la multitud cantó himnos, elevaron sus banderas y rezaron en unisón. La mayoría de los asistentes hablaban español así que hubo un ambiente de comunidad. Justo al lado del grupo del Centro de Auxiliares Marianos y los apostolados de los Padres Marianos, encontramos peregrinos de Aruba, Brasil, Chile, Paraguay, Samoa, Filipinas, Alemania, Francia, y por supuesto, ¡Colombia!

Durante el día, se llevaron a cabo reflexiones y testimonios que hablaron de la gran necesidad de misericordia en el mundo entero. Particularmente se habló del conflicto armado que lleva azotando a este país por más de 60 años. Uno de los testimonios más conmovedores fue sin duda el de la Dra. Diana Sofía Giraldo, Directora de la fundación Víctimas Visibles dedicada a brindar apoyo a las víctimas de la violencia. En su testimonio, pudimos conocer a Pastora Mira, una mujer a quien le mataron a su padre y luego a su esposo. Unos años más tarde, su hija de 22 años fue secuestrada y asesinada, y al cabo de unos meses también su hijo fue torturado y encontrado al lado de una carretera. Dos días después del sepelio, Pastora dice que se encontró con un hombre mal herido y ella sin dudarlo, lo llevó a su casa para curarle sus heridas. El hombre, al ver las fotos de su hijo fallecido, le preguntó quien era ese hombre al que él mismo había matado días antes. Pastora dice que su mundo se colapsó, pero ella le rogó a la Virgen María que no permitiera que el odio entrará en su corazón. Y así fue, Pastora lo perdonó y cuido de él. Dice que lo llegó a querer tanto, que el día que murió años después, ella sintió como si hubiera perdido a otro de sus hijos.

Al igual que Pastora, pudimos escuchar muchos de testimonios de perdón y de la misericordia de Dios. Asimismo, tuvimos la Adoración Eucarística, el rezo de la Coronilla en diferentes idiomas y la celebración de la Eucaristía.

Durante el Congreso, también tuvimos la oportunidad de visitar varias organizaciones sin fines de lucro como la Esperanza de Vivir, una organización formada por un grupo de madres de niños discapacitados. Esta organización les proporciona servicios y programas especiales donde se pueden expresar libremente.

Sin duda, el III Congreso Apostólico Mundial de la Misericordia marcó la vida de todos los que tuvimos la oportunidad de asistir, quienes salimos renovados y recargados de la misericordia del Señor.

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