Cómo el rezar el Rosario diariamente transformó mi vida



Por el Padre Robert Vennetti, MIC


Hace 12 años, un compañero de trabajo me regaló un libro que cambiaría el rumbo de mi vida para siempre. Este libro era acerca de Nuestra Señora de Fátima, cuando ella se les apareció a tres pastorcitos en Fátima, Portugal, en 1917. De alguna manera me impactó el leer acerca de la urgencia que María tenía cuando les dijo a los pastorcitos que rezaran el Rosario todos los días.

Cuando me dieron este libro, atravesaba por una gran confusión en mi vida. Sin embargo, decidí hacer el intento de rezar el Rosario. Comencé a rezarlo diariamente y aunque mis problemas no se disiparon, Dios me dio paz a través de la intercesión de la Santísima Virgen María. Encontré un poco de consuelo al saber que Nuestra Madre María es real, que me ama y se preocupa por mi y todas mis necesidades.

Mientras continuaba rezando el Rosario diariamente, nuestra Madre María me iba guiando por el camino de Jesús. Ella me dio un deseo profundo por los Sacramentos de la Iglesia Católica, los cuales me llevaron a ir a Misa diariamente, para poder recibir así a Jesús en la Santísima Eucaristía. Finalmente, fue ella quien me inspiró a convertirme en sacerdote, para servir a Dios y a Su gente de una manera especial.

Ahora sé un poco de lo que la iglesia ha sabido y experimentado por siglos: el gran poder del Santo Rosario. Muchos Papas han recomendado esta oración, incluyendo el Papa Juan Pablo II y el Papa Benedicto XVI. Ellos han enfatizado que el Rosario es una oración centrada en Cristo en la cual se medita sobre las vidas de Jesús y María, "contemplando el rostro de Cristo a través de los ojos de María" como lo explicó el Papa Juan Pablo II.

Cuando miro hacia el pasado me doy cuenta que el rezar el Rosario diariamente no sólo me llevó hasta el sacerdocio, sino que también me ayudó a unirme a mi hermosa comunidad religiosa, los Padres Marianos de la Inmaculada Concepción. También me di cuenta que mi vocación estaba ligada a una persona muy especial quien conocía el poder del Santo Rosario. Esa persona es mi abuela Mary, una gran devota de Nuestra Señora y del Rosario.

Mi abuela siempre oraba para que uno de sus nietos fuera sacerdote. A pesar de que sucedió después de su muerte, Dios si escuchó sus suplicas y el 13 de mayo del 2006 me ordené sacerdote, en la fecha en que se conmemora la fiesta de Nuestra Señora de Fátima. Yo estoy seguro que la fecha de mi ordenación es una señal del mensaje de Nuestra Señora de Fátima, incluyendo su llamado a rezar el Rosario diariamente, un llamado que aún sigue vigente.

Entonces, yo quisiera invitarnos a rezar el Rosario diariamente, especialmente durante el mes de octubre, un mes dedicado a esta oración. Al igual que lo hice yo, confíen en nuestra Madre María todas las necesidades e intenciones que pesan en su mente y en su corazón, también las de su familia, nuestra iglesia y el mundo entero. Si es posible, rece con su familia o con los miembros de su parroquia.

Si Dios a través de Nuestra Santísima Madre y del Rosario pudo transformar mi vida de esta manera, imagínense lo que Él puede hacer en su vida y en la vida de sus seres queridos si lo rezan diariamente, "contemplando el rostro de Jesús a través de los ojos de María."



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